martes, 12 de agosto de 2008

Taller de Educomunicación

INSTITUTO LATINOAMERICANO DE LA COMUNICACIÓN EDUCATIVA
­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­ ­­­­­­­ CENTRO DE ESTUDIOS EN COMUNICACIÓN Y TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS

MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN Y TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS
MÓDULO DE INVESTIGACIÓN



MARLENNE JUDITH LÓPEZ CABANILLAS



TUTOR:
MANUEL DE JESÚS MOLINA DE ÁVILA



GRUPO:
1



SEDE:
BENÉMERITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA, BUAP



DISEÑO DE UNA SITUACIÓN EDUCOMUNICACIÓN





“Reforzar habilidades investigativas en los alumnos de semiescolarizado de la Facultad de Contaduría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP)”

Pensando un poco en las habilidades investigativas que los alumnos a nivel superior deben de tener, podemos visualizar como en cada una de las asignaturas de cualquier carrera profesional es importante llevar a la práctica estas habilidades, pero en muchas de las ocasiones no se pone especial interés en desarrollar o reforzar las habilidades investigativas, siendo importante aplicar estrategias dentro de los salones de clases que ayuden a este reforzamiento, desde diferentes perspectivas así como utilizar diversos modelos de investigación, recogiendo información a través de una gama variedad de técnicas. Esta diversidad obedece a las diferentes concepciones y modos de interpretar la realidad social que se basa en las distintas respuestas que pueden darse en las distintas respuestas que pueden darse a las interrogantes planteadas desde las dimensiones ontológica y epistemológica y desde distintas concepciones de la naturaleza humana. La diversidad metodológica resultante deriva de las diferentes respuestas dadas en cada ámbito.
O bien, por el contrario, puede considerar que el conocimiento es subjetivo, personal único, lo que podría requerir un compromiso y una experiencia compartida con las personas implicadas y, por tanto, una menor atención a los métodos físico-naturales.

En cuanto a las concepciones sobre la naturaleza humana en particular, en lo que se refiere a la relación entre los seres humanos y su entorno, puede considerarse que las personas tienden a reaccionar con cierta pasividad respecto a su entorno (respuesta mecánica), o bien que tienen suficiente capacidad y autonomía para tomar sus propias decisiones e iniciar acciones (determinismo o voluntarismo).

La dimensión metodológica aborda los problemas que plantea la investigación educativa en relación con los métodos a emplear. Las diversas metodologías que se utilizan en investigación social y educativa para indagar el mundo social proporcionan el marco de referencia, la justificación lógica para examinar los principios y procedimientos empleados para formular los problemas de investigación, se dan respuestas a los mismos y se evalúan su idoneidad y profundidad.

Las decisiones que se toman en el ámbito social respecto a cada una de las dimensiones dependen, en gran manera, de cómo se concibe la realidad social. Las cosmovisiones o paradigmas tienden a guiar las acciones de las personas. Si bien el concepto de paradigma admite una multiplicidad de significados, puede entenderse como un conjunto de creencias y actitudes, como una visión del mundo «compartida» por un grupo de científicos y que implica, específicamente, una metodología determinada. En el ámbito de las ciencias sociales, los paradigmas más usuales son el positivista, el constructivista y el sociocrítico.

Las últimas tendencias pedagógicas abogan por una mayor profesionalización de los docentes y destacan la capacidad investigadora de los y las profesionales de la educación. Dichas líneas de pensamientos y acción destacan, como parte de la mencionada profesionalización, la capacidad o preparación de los docentes para la investigación como uno de los elementos imprescindibles para responder al reto de la enseñanza día a día.

La formación para la investigación entendida como un proceso que implica prácticas y actores diversos en el que la intervención de los formadores se concreta en un quehacer académico consciente en promover y facilitar de manera sistematizada el acceso a los conocimientos, el desarrollo de habilidades, hábitos y actitudes, y la internalización de valores que demanda la realización de la investigación.

La formación para la investigación es un proceso que supone una intencionalidad, pero no un periodo temporal definido, no se trata de una formación a la que hay que acceder antes de hacer investigación, ya que también se accede a dicha información durante y a lo largo de toda trayectoria del alumno como aprendiz dentro y fuera del proceso.
La educación para la investigación debe de introducirse desde los primeros semestres del bachillerato y de licenciaturas en todas las Unidades Académicas impactando con ello el currículum institucional.
Esto implica incorporar actividades de investigación en la práctica docente con el fin de mejorar las experiencias de aprendizaje, lo que significa un nuevo rol del profesor quien ahora requiere ser un dinamizador y gestor de ambientes de aprendizaje, en los que se adquieran conocimientos, habilidades, actitudes y valores orientados a una cultura de la indagación, el descubrimiento y la construcción de conocimientos nuevos.

La enseñanza universitaria tiene que proporcionar varias habilidades a los/las estudiantes, algunas de ellas se refiere a bases teóricas y prácticas para el ejercicio de una profesión, y otras al dominio de métodos de investigación que sirven para saber plantearse problemas y resolverlos rigurosamente; ambas son imprescindibles no sólo en los alumnos de Contaduría de la modalidad semiescolarizada, sino en cualquier tipo de carrera universitaria. Adicionalmente, se debe buscar que la formación para la investigación oriente a la internalización de valores, esquemas de pensamiento y acción de manera tal que incida en la transformación de la sociedad.

El desarrollo de habilidades para la investigación se logra por medio de una metodología pedagógica donde el alumno pueda formarse, a través de la guía del profesor, para aplicar, optimizar y desarrollar habilidades cognitivas de orden superior a partir de involucrarse en las actividades de la investigación.

En virtud de lo anterior, la educación para la investigación deberá fortalecer las habilidades de estudiantes a través de actividades integradoras con materias sobre métodos de investigación, prácticas profesionales, servicio social, divulgación y la construcción de escenarios de desarrollo; proyectos sociales multidisciplinarios, endógenos, sustentables que promuevan la vinculación entre las áreas del conocimiento y que involucre a académicos/as, estudiantes y administradores en la problemática regional.

En la actualidad es común ver que los alumnos utilicen las tecnologías para estudiar, como en la modalidad semiescolarizada se trabaja por medio de sesiones presenciales y a distancia, sería sumamente enriquecedor que los alumnos trabajaran por medio de comunidades colaborativas, donde estos espacios favorecerían reforzar las habilidades educativas , potencializar las relaciones comunicativas entre los integrantes del mismo, propiciando un espacio académico desde el cual se utilicen las tecnologías comunicativas. Lo anterior lo podríamos considerar desde las tecnologías de la información y las comunicaciones como posibilidades que mediante la utilización de computadores en red, éstas pueden ser aprovechadas en dos grandes sentidos:
Como medio de interacción entre pares: los ambientes computacionales permiten vencer las dificultades que surgen cuando las personas están dispersas geográfica y temporalmente, además de permitir formas de interacción que no son posibles a través de medios tales como el teléfono, la televisión o la radio. Algunos de los bloqueos identificados en el uso del soporte telemático son de índole emocional, cabe destacar que la relación presencial persona a persona está lo suficientemente desarrollada en el grupo como para distinguir que la dificultad puntual se encuentra en el fluir de la información cuando se trabaja en red. Pareciera que una cosa es la comunicación coloquial entre compañeros de estudio o de trabajo, y otra la comunicación basada en la escritura que desnuda nuestro pensamiento.

Como medio para desarrollar actividades de formación: la contribución se encuentra fundamentalmente en un mayor y mejor seguimiento de las actividades con un menor esfuerzo operativo. En este caso, el trabajo mecánico de registro y visualización de datos es lo que permite mejorar el análisis de lo que está ocurriendo con dichos procesos formativos, además de la posibilidad de encontrar reunidos en un solo “sitio virtual” todos los recursos escritos, visuales o audibles para el desarrollo de la actividad. Se observa otro bloqueo relacionado con la desconfianza del autor, dado que existe el temor que si se está trabajando en red, “lo escrito deja de ser mío y puede ser usado por otro”. En este caso observamos una reducción del concepto “trabajo en red”, ya que se confunde la red humana con Internet. Esto es propio de las huellas de insularidad que el modelo pedagógico en el que fuimos formados nos ha dejado, creemos que intercambiar opiniones sobre nuestros escritos da derecho a que nuestro pensamiento sea copiado, en lugar de creer que puede ser enriquecido por la mirada y el aporte del otro. Es decir, se nota que no estamos asumidos en nuestro proceso autoformativo basado en el intercambio y la construcción de intersubjetividades.
Desde esta perspectiva se comienza a construir una estructura curricular en la que se plasman estas interacciones, manifestadas a través del trabajo en red, tanto tecnológica como humana, con sus bloqueos, aciertos y dificultades, que en este caso es la modalidad de semiescolarizado así se bien trabajando con los alumnos. En esta estructura se maneja que la condición mínima de pertenencia a la comunidad colaborativa es la participación; con ella se inicia la relación social necesaria en los procesos autoformativos.

En el ambiente computacional es así, medio y resultado, proceso y producto. La participación está limitada por algunas dificultades manifestadas por los integrantes de cada una de las secciones de esta modalidad, entre las que mencionan “el tiempo necesario para estar comunicado y permitir el trueque informativo” si bien señalan que el uso de la plataforma telemática es buena. El escaso tiempo aducido está relacionado con la falta de práctica del uso y manejo de las computadoras y su falta de vinculación a la labor cotidiana.
Si se tiene en cuenta que el paso de las distintas tradiciones comunicativas corresponden a necesidades sociales de la humanidad que han llevado de lo oral a lo escrito, y de lo escrito a lo digital, en ieRed nos preguntamos si este proceso se puede revertir. Es decir, si desde el dominio de la cultura digital se pueden fortalecer procesos escriturales y se pueden desarrollar discursos desde lo oral?. Desde la experiencia podemos señalar que el uso y el manejo de los medios digitales por sí sólo, no potencia la formas de comunicación oral y escrita a menos que se acompañen con exigencias de elaboración de contenidos orales y escritos que le den sentido y pertenencia al uso de este medio. De no hacerlo de esta manera caemos en una difusión indiscriminada de información sin tener en cuenta parámetros de calidad, coherencia y respeto al otro. Por ejemplo, al momento de realizar investigación es muy importante tener muy en cuenta los requisitos que debemos de cumplir para realizar una buena investigación, apoyando de fuentes de información o artículos en el mundo de las tecnologías.
Si asumimos que los alumnos deben estar orientados a la construcción de horizontes de sentido surgidos del saber pedagógico, a la negociación de tales sentidos a través de la mediación de los actores involucrados y al proceso de producción pedagógica resulta imprescindible la generación de un espacio basado en la construcción de la intersubjetividad, para lograr que los alumnos se interesen por desarrollar o reforzar sus habilidades investigativas. Es decir, que a partir del aporte, el enriquecimiento, la colaboración entre sus miembros, que estos se dan en el desarrollo de una investigación, facilite la construcción de una cultura académica basada no sólo en la comunicación entre ellos sino también en la comunicación con los ambientes computacionales, analizados como soportes tecnológicos que ayudan a llegar a cabo una investigación.

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