miércoles, 20 de agosto de 2008

Televisión, Audiencia y Educación

­­­­­Alumna: Marlenne Judith López Cabanillas
Sede: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP)
Tutor: Manuel de Jesús Molina de Ávila

Orozco Gómez, G. (2001). “Televisión audiencias y educación” (pp.19-37). Buenos Aires: Grupo Ed. Norma.

En esta lectura el autor nos habla de las sociedades contemporáneas, las cuales se encuentran interesadas en dos grandes tendencias: en la mediatización y la audienciación.

Por otra parte Orozco, nos comenta que los medios y la tecnología de la información, particularmente la televisión ya invaden los hogares latinoamericanos, desafiando la vida cotidiana: profesional, individual, social de cada uno de los integrantes de la familia. Donde la presencia protagonista de la televisión y su peculiar mediatización no tenían que ser de la manera que son. Ya que no han obedecido a un imperativo de necesidad histórica o tecnológica, sino a decisiones políticas y económicas.

En nuestro ámbito educativo ¿de qué manera podemos aprovechar la televisión de manera inteligente y productiva, que nos posibilite al mismo tiempo la diversión, la educación y la información de nuestros alumnos?. Realmente como docentes debemos de trabajar en estrategias que nos ayuden a desarrollar y reforzar el aprendizaje en nuestros alumnos.

Orozco se refiere a “Audienciación” cuando se le otorga a los sujetos sociales un nuevos status de interlocución, percepción en que la televisión se convierte en sus referentes cada vez más centrales.

El autor hace hincapié en varias definiciones, por ejemplo: al hablar de audiencias, se refiere al conjunto de segmentos a partir de sus interacciones mediáticas de sujetos sociales.

Recepción, se refiere a una interacción siempre mediada desde diversas fuentes y contextualizan material, cognitiva y emocionalmente.
Mediación, entendida como un proceso estructurante que configura y orienta la interacción de las audiencias.

Donde el ser audiencia también modifica el vínculo fundamental entre los sujetos sociales con su entorno y con los acontecimientos y fuentes tradicionales de información: amigos, familia, compañeros de trabajo.

El lenguaje televisivo no solo es un lenguaje compuesto audio-visual, sino también en movimiento sedimentado en terceros lenguajes, como son: el musical, oral y escrito. Es en esta dimensión televisiva donde se entabla el intercambio entre los códigos televisivos y aquellos de las audiencias, poniendo en juego signos y significantes icónicos y sonoros variados, conformando desde la televisión una interpelación de sus audiencias, lo que para Ferres significa que los mismos significantes se vuelvan significados.

Sin embargo la problematización pedagógica de los instintos, apetitos y expectativas televisivas de las audiencias encuentran en esta dimensión de la televidencia algunas de sus mayores pertinencias educativas en la medida en que el protagonismo creciente de la televisión se expande hasta en lo más recóndito de las intimidades y amenazas con contenerlas y monopolizar masivamente el goce de los tiempos libres.

Nunca hay que olvidar que la televisión es una institución social con historia, objetivos establecidos.

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